Menos tecnología y más creatividad
Hacer juguetes reciclados, además de regalarnos experiencias irrepetibles con nuestros hijos, se nota en nuestro bolsillo Todos salimos ganando con esta iniciativa sostenible. El planeta, los padres y los niños. Nuestros hijos podrán hacer tantos juguetes reciclados como les permita su imaginación. Todo es empezar a separarse de las pantallas y dejarse llevar por un mundo de fantasía palpable.
Por otro lado, hacer juguetes reciclados en casa les ayudará a entender que los regalos no caen del cielo. Sino que hay alguien trabajando para que ellos lo reciban. Por lo que, probablemente, cogerán mayor conciencia sobre el valor de las cosas y cuidarán mejor de sus juguetes. Y al ser reciclados, si los rompen, ningún problema. Pueden volverse a divertir aprendiendo a restaurar juguetes reciclados y dándoles una tercera, cuarta y hasta quinta vida a los objetos cotidianos.
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